domingo, 19 de octubre de 2008

LA CITA

Este disco es diferente por muchas razones. Entre ellas destaca su claridad y transparencia: cada tema parece ser el resultado de una idea concreta y única. Los músicos se enfrentan a cada interpretación dando la sensación de que estuviera previamente pactada, ensayada y escrita de algún modo. La técnica (o más bien la carencia constante de la misma) de interacción del TA se encuentra ya bien desarrollada; no se perciben dudas ni tanteos en lo que cada unos de los componentes deben hacer. Parecen existir férreas extructuras y ensayadas cadencias, mas todo esto no es más que una ilusión: en realidad, y como casi siempre, todas son primeras tomas y no existía más predisposición que la de los instrumentos que cada uno tocaría. Pues desde el punto de vista antimanierista del TA, cada instrumento lleva dentro su propia tonada, y cada grupo de intrumentos lleva escrita su propia sinfonía, cada momento su propia banda sonora.

La Cita, curiosamente, tiene la apariencia de un western interpretado por negros africanos que transcurre en una pequeña isla mediterránea, aderezado con apariciones ovni... no se puede pedir más antimanierismo.


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